Como voluntaria en un refugio para cambiaformas solitarios, el mismo que la rescató, Makenna Wray ha dedicado su vida a encontrar hogares para sus residentes. Y cuando descubre que un adolescente bajo su cuidado está relacionado con Ryan Conner, el matón melancólico y guapo como el pecado de la Manada Phoenix, está ansiosa por ayudar a conectar a los dos. Simplemente no estaba preparada para sentir una conexión propia.
Los lobos solitarios son solitarios por una razón, y la mayoría de ellos son malos. O eso supone Ryan hasta que conoce a la misteriosa Makenna. Extravagante y sensual, parece disfrutar de irritarlo, especialmente cuando se niega a hablar de su pasado. Aunque no existe un vínculo de apareamiento, está seguro de que ella es la indicada. Todo lo que tiene que hacer es ser paciente y esperar. Pero cuando el siniestro Alfa de otra manada viene husmeando, amenazando a Makenna y su refugio, este ejecutor está listo para soltar a su lobo...
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