Todo empieza en sueños. Horribles visiones de una pesadilla que solo ella puede detener. Imágenes de un asesino acechando a quienes ella más quiere...
Stelle Harrison pensaba que había enterrado los traumas del pasado. Hacerse cargo del resort Sunrise Lake en lo alto de las montañas de Sierra Nevada, California, le ha ayudado a vivir en paz, aunque en realidad no comparte su tranquila vida con nadie. Ni siquiera con Sam, el empleado del mantenimiento que está pendiente de todo y siempre parece saber qué necesita.
Stella no sabe nada sobre el pasado de Sam pero, de alguna manera, en los últimos dos años su serena y constante presencia ha conseguido burlar sus defensas. Aun así, sabe que no puede contarle sus recientes premoniciones. De momento no ha habido ningún asesinato. Ningún cuerpo. Ninguna manera de demostrar lo que está a punto de suceder sin destruir la vida que Stella ha construido para sí misma.
Pero hay un asesino ahí fuera. Y Stella sabe que ha llegado el momento de hacer cuanto haga falta para detenerlo.